Carrer Abadia 6

Benifaió, València

España

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961780249

Aproximación histórica y guía del templo de San Pedro Apóstol Benifaió.

Texto de Francesc Beltran i López

Cronista Oficial de Benifaió

ORÍGENES: DE LA PARROQUIA DE ESPIOCA

Después de la reconquista cristiana de Jaime I los pequeños lugares de de Alginet, Almussafes y Benifaió pasaron a depender clericalmente de la parroquia matriz de Espioca. El 9 de octubre de 1375 Alginet conseguía la creación de una vicaría, dependendiente de la parroquia de Espioca. No tenemos noticia de cuando consiguió Benifaió este privilegio eclesiástico, pero conocemos la existencia de un reducido templo, ya que en 1339 se ordenaba a sus habitantes que lo dotaran de los ornamentos necesarios para el culto, y también que en el año 1340 los parroquianos de Almussafes asistían a cumplir sus deberes religiosos y contribuían a la reparación del campanario.

Posteriormente, en una fecha que no conocemos, Espioca se había despoblado y sus pocos habitantes dispersado entre los pueblos vecinos; su término municipal pasó a causa de diversas ventas a formar parte del de Picassent, pero la sede parroquial se trasladó a Benifaió, el 13 de diciembre de 1513, ya que esta población se encontraba justo en medio de su antigua jurisdicción eclesiástica: Alginet y Almussafes, de la que el rector de Espioca no estaba dispuesto a renunciar.

Pero Alginet no tardó demasiado en desmembrarse de la parroquia de Benifaió, aducía tener un número suficiente de habitantes. Así, Alginet, convertido el año 1537 en parroquia independiente, quedó con la obligación perpetua de tenen que pagar al rector de Benifaió 10 libras cada año por razón del acuerdo tomado, pacto que, no obstante, ocasionó en el tiempo algún que otro pleito entre los jurados de Alginet y la parroquia de Benifaió, como el documentado el año 1644.  acta de erección de la rectoría de Alginet, 2-VIII-1537 (copia del siglo XVI: archivo del autor)


Pleito de 1644 sobre la pensión de 10 libras que respondía Alginet al rector de Benifaió (archivo autor)

También Almussafes, con el tiempo, el año 1788, consiguió la separación eclesiástica de Benifaió como parroquia independiente.

LA PRIMITIVA IGLESIA GÓTICA

El templo primitivo tendría unas reducidas dimensiones, dada la escasa población del Benifaió de entonces, todo y contar con los feligreses de Almussafes, aunque contaba con un campanario que hubo de restaurarse, a causa de su deficiente estado, el año 1340.

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Arco gótico de la primitiva iglesia, restaurado.

El 28 de abril de 1435 Joan Ferrando y Bernat Mestre, ambos jurados de Benifaió y Almussafes, contrataron con Gonçal Peris de Sarriá el retablo mayor para la parroquia de Benifaió y los parroquianos de Almussafes, dedicado a San Pedro. El pintor se comprometió a hacer el trabajo en su taller en Valencia y traerlo a Benifaió antes de la víspera de Navidad del año siguiente.

El retablo tendría catorce palmos de alzada (aproximadamente 316 cm.) con el banco, tabernáculo y las polveras. En la tabla central estaría la imagen del apóstol San Pedro"d´atzur fi", y encima la imagen de la Virgen María con su hijo, y en la tabla encimera aquello que acordara Nicolau Jofré, señor de Benifaió. El precio de la obra era de sesenta y tres libras.

Tabla de "San Pedro" de Gonçal Peris de Sarriá (colección particular)

EL TEMPLO DEL SIGLO XVII

Debido al aumento de la población y el estado ruinoso en que se hallaba la primitiva iglesia gótica, se decidió edificar una más grande. Los cimientos se abrieron el 20 de julio de 1621, siendo párroco mosén Mateu Juan de Montagut. La dedicación de la nueva iglesia se hizo el 25 de febrero de 1629, a cargo de mosén Catalán, prior del convento de Predicadores de Valencia, ceremonia en la cual se desposaron Fernando Girón de Rebolledo, señor de Andilla, con Ana María Falcó de Belaochaga, hija de los señores de Benifaió. El 9 de octubre de 1667 se trasladó el Santísimo Sacramento desde el altar del Cristo al nuevo Sagrario, hecho a expensas de los esposos Jaume Corella y Esperanza Grau, con una gran fiesta. Ofició Miguel Bosch, párroco de Alginet. Casi nada conocemos sobre la arquitectura de esta iglesia, aunque hay noticias orale que dicen que el actual campanario de la izquierda, corresponde, ahora adaptado, a este templo.

Portapaz siglo XVI

San Pedro y santa Bárbara, relieve de la antigua cruz procesional (s. XVI-XVII)

EL TEMPLO ACTUAL

La primera piedra del actual templo parroquial se puso el 15 de agosto de 1770. En su construcción participó toda la población, hombres y mujeres, ayudando en la obra y colaborando económicamente. Conocemos el caso de Cristòfol Canoves, ladrillero, que se vió obligado a vender un campo de algarrobos y viña al no poder pagar la parte a que estaba obligado por cada hornada de ladrillos y tejas, entre los años 1779 a 1782, para la fábrica de la nueva iglesia. Para las obras se tuvo que construir una canalización de agua desde la fuente de Muza hasta la actual plaza del Progrés, donde se hallaban la balsas de cocer la cal. Para la decoración del templo se contrató al mejor pintor valenciano de la época, Vicente López Portaña que pintó unos grandes lienzos para las capillas: San Pedro Apóstol (lienzo que fué llevado a Valencia el año 1802 con motivo de la visita del rey Carlos IV) y la Coronación de la Virgen, para el presbiterio; San José; Inmaculada (firmado el 1799); Virgen del Rosario; Santa Bárbara (cuyo boceto se halla en Madrid); San Roque; Almas; Jesús niño y Salvador, a las puertas de los sagrarios. El escultor Cotanda hizo las imágenes. Todo este patrimonio artístico desapareció el 36.

"Martirio de Santa Bárbara" esbozo de Vicente López (Madrid)

Santa Bárbara, imagen de Cotanda, perdida en 1936

 Presbiterio del siglo XVIII, con las pinturas de López, destruido en 1936

DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO

El templo parroquial de San Pedro Apóstol es un edificio singular en Benifaió. Construido entre 1770 al 1783 sobre una iglesia anterior, se halla ubicado en la plaza Mayor de la población, posee una fachada monumental compuesta de tres cuerpos, dos torres laterales y un paramento central donde se encuentran los nichos con las imágenes de San Pedro y San Pablo, a los lados de un rosetón enmarcada por la tiara y las llaves de San Pedro, que sostienen dos querubines de una gran cualidad.

Los materiales empleados para la construcción del templo son la mampostería combinada con ladrillo a las paredes y sillares de piedra a las esquinas y elementos artísticos labrados: capiteles, balaustradas, cornisas, etc.

Destaca en su perímetro los contrafuertes laterales, las torres de la fachada y las dos cúpulas, la principal, típica de media naranja, con tejas azules y nervios de teja blanca sobre tambor octogonal, y otra más reducida con tambor circular, en la parte posterior sobre el antiguo trasagrario.

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La planta es de cruz latina con una única nave central de cuatro tramos, el primero ocupado por el coro, con órgano, sobre un arco rebajado. La bóveda es de cañón con tramos oblongos, lunetos apuntados y ventanas rectangulares, soportada por pilastras adosadas corintias que separan los tramos y las correspondientes capillas, con fajones de decoración esgrafiada. A los dos lados de la nave central se encuentran ocho capillas con bóvedas y comunicadas por un estrecho paso.

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El crucero, poco salido de la línea perimetral de las capillas, está cubierto por un tambor circular, con cuerpo de luz y ventanas, algunas con vidrieras, apoyado sobre pechinas con pinturas de los cuatro Evangelistas, y que rodea un una alta cúpula de media naranja.

En el presbiterio, de cabecera recta, se encuentra el retablo mayor inspirado en el perdido en el 36. A la izquierda, la antigua sacristía de bóveda de crucero, ahora mudada en capilla del Santísimo. A la derecha hay un acceso que comunica con la calle y el trasagrario, una delicada pieza arquitectónica de tres tramos, cúpula central, ahora con uso como sacristía. Conserva pinturas murales del siglo XIX.

El templo es un buen ejemplo de estilo neoclásico o clacisista, con algún elemento decorativo barroco. La fachada resulta sencilla y elegante, al gusto académico del siglo XVIII y con cierto aire palaciego, la portada se acerca más a la arquitectura civil.

Un recorrido por el templo

Trasagrario

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A espaldas del presbiterio se encuentra el trasagrario, exquisita pieza arquitectónica de tres tramos, con cúpula central, alterado ahora su uso como sacristía. Conserva algunas pinturas murales del siglo XIX, del pintor local Vicente Martínez Gascó, y un lienzo de San José, pintado por M. Valero en 1887. El uso actual como sacristía ha hecho que se instale el mobiliario adecuado. Conserva esta estancia las principales piezas de orfebrería de la parroquia, datadas entre los siglos XVI-XX, y recuperadas de los hechos del 36. El archivo parroquial conserva un índice de defunciones de 1645 a 1895, y otro de matrimonios de 1800 a 1895 y diversos Quinque Libri a partir de 1837.

Cáliz siglo XVI

Cáliz siglo XVIII

Custodia sigloXVIII

Lignum Crucis siglo XVII

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Presbiterio

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En la parte frontal del templo, el presbiterio o altar mayor, inspirado en el desaparecido en el 36, dedicado a San Pedro, titular de la iglesia, talla de Llorens y Rausell, de 1945. En ambos lados nichos con las imágenes de San Gregorio Magno, de 1945, y San Vicente Ferrer, de 1943, ambas tallas de Vicente Rodilla Zanón. En el ático la pintura de la Virgen de los Ángeles, y en la bóveda, Jesús triunfante, ambas pinturas de Benjamín Biot Genovés. El tabernáculo de mármol negro, obra del picapedrero local Vicente Díaz, de 1943. En las bases las de las columnas hay seis pequeños lienzos del pintor Beneito.

Capilla del Santísimo

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Instalada el año 2007 en la antigua sacristía, de bóveda de crucero, por el taller de Xavier Ferragut Adam de Algemesí, la preside el retablo la Virgen del Rosario, del siglo XVII, recuperada de la acción bélica del 36; se trata de una talla sagrario de madera policromada, con una abertura posterior. La Virgen está derecha y sostiene con una mano al Infante y de la otra cuelga el rosario. Fue restaurada por Ars Restauro. Otro elemento destacado es el sagrario de mármol y ricos metales, de 1954. En uno de los laterales una cruz procesional con el Cristo de madera policromada del siglo XVIII o XIX. También dos cuadros de los mártires locales beatos fra Gabriel Mª de Benifaió (José Mª Sanchis Mompó) y la religiosa Teresa de San José (Ascensión Duart Roig). Hay algunos ventanales con vidrieras modernas, obras de la religiosa local Adelina Marí Piles HCR.

Capillas laterales a la derecha:

Altar de San Cayetano

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con una talla de Vicente Rodilla Zanón, de 1942, al lado del cancel y con una puerta que lleva al campanario.

Altar de San Francisco de Asís

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antiguo de las Almas, talla de Rausell y Llorens, de 1943, y en una peana imagen de la Virgen del Carmen. Al ático, lienzo de la Virgen del Carmen.

Altar de San Roque

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talla de Vicente Rodilla Zanón, de 1944, y a ambos lados imágenes de los "Sants de la pedra", Abdón y Senén. Sobre el altar imagen del Perpetuo Socorro.

Altar de Santa Bárbara

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imagen de la titular, patrona de la población, talla de Vicente Tena Cuesta, de 1941, copia de la antigua destruida. En un nicho, relicario de plata de la titular, de 1956. A las paredes laterales lienzos, Santa Bárbara y San Juan de Dios, en evocación de Pascual Piles Ferrando, que fue General de la Orden de San Juan de Dios, pintados por Florencia Martínez.

Nave central

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La nave central está cubierta por una bóveda de cañón con lunetos y reforzada por arcos fajones que la dividen en cuatro tramos desde la puerta hasta el crucero. En el primer tramo se encuentra el coro, donde destaca la presencia del órgano. A ambos lados del cancel hay dos pinturas de Florencia Martínez, San Pedro y San Pablo. La cornisa que envuelve la nave se encuentra circundada por una balconada de hierro. En el pilar del cuarto tramo de la derecha, que separa la nave del crucero, se alza el púlpito, de 1942, obra de Casanova.

Capillas laterales a la izquierda:

Baptisterio

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con una puerta que lleva al campanario y al coro. El retablo, formado por el lienzo Bautismo de Cristo, copia de Murillo, y al ático medallón semicircular con Jesús y San Juan Bautista, niños, pintados por José Rovira "El Torsalo" en 1940, único altar totalmente pintado en el templo. La pila bautismal de mármol, magnífica, obra del picapedrero local Vicente Díaz.

Altar del Nazareno

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magnífica talla de Llorens y Rausell, de 1944. A los laterales del altar dos pinturas de Prudencio Alcón.

Altar de la Virgen de los Dolores

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imagen de vestir de José Justo Villalba, lleva manto negro de terciopelo bordado en oro. A ambos lados imágenes de San Antonio de Padua, obra de Navarro, de 1941, y San Pancracio.

Altar de San José

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talla de Federico Siurana Vila, de 1943, y al ático medallón con los Desposorios de San José, de Benjamín Biot Genovés. A los laterales la Huida a Egipto y Muerte de San José, pinturas de Beneito.

Transepto y crucero

Sigue la misma estructura y decoración que la nave central. Al transepto hay dos altares construidos después del 39, ya que los originales fueron destruidos.

Altar del Sagrado Corazón de Jesús

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a la izquierda, con imagen de Vicente Rodilla Zanón, de 1942. Al nicho inferior la imagen de la Virgen de la Asunción "Mare de Déu d'agost", obra de Vicente Tena Cuesta de 1941, y a ambos lados las imágenes de la Divina Aurora, talla de Vicente Tena Cuesta de 1941, y San Juan Bautista. Al ático medallón pintado por el pintor local José Rovira Marí "el Torsalo", y una artística vidriera.

Altar de la Inmaculada Concepción

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a la derecha, con talla de Federico Siurana Vila de 1943. Al nicho inferior la imagen del Cristo Yacente, de Vicente Tena Cuesta, de 1940, la primera hecha tras la Guerra Civil, y a ambos lados las imágenes de Cristo Resucitado, de Juan Ibáñez Tarazona, de 1943, y del Arcángel San Rafael, de Federico Siurana Vila, de 1944. Al ático medallón pintado por el pintor local José Rovira Marí "el Torsalo", y una artística vidriera. Sobre la puerta de acceso a la calle se encuentra un magnífico lienzo, de autor desconocido, que representa a San Antonio Abad, del siglo XVII.

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En el cruce de la nave y el transepto se levanta la gran cúpula, símbolo por excelencia del espacio celestial, en las pechinas los Cuatro Evangelistas, pintados por Benjamín Biot Genovés. En el tambor se abren ocho ventanales, cuatro con artísticas vidrieras.